24 de marzo: Día de la Memoria
por la Verdad y la Justicia
En nuestro país el 24 de marzo del año 1976, hubo un
golpe de estado. ¿Qué es un golpe de Estado? Es un golpe, una trompada, a la
democracia. Un grupo de personas, civiles y militares, que tienen el poder de
las armas deciden que ellos van a ser presidentes y gobernantes. Entonces
obligan por la fuerza a que todos los respeten y hagan lo que ellos ordenan.
Cierran el congreso y echan a los diputados y senadores.
Ese día pasó eso, los militares entraron con tanques y armas, echaron a todos y dijeron: “a partir de ahora se hace lo que nosotros digamos y el que no esta de acuerdo se calla”. Ellos decían que hacían el golpe porque “había que poner orden” en un país que estaba muy “desordenado”. Hasta entonces había muchos grupos que protestaban porque no estaban contentos con el país y el gobierno, y proponían una organización diferente.
Los militares que realizaron el golpe no pensaban que democracia sirva para poner orden, sino que la solución era a través del uso de la fuerza. Entonces obligaron a todos a pensar y actuar como ellos querían, y los que no opinaban igual los castigaban. Por medio de la fuerza congelaron los sueldos de las personas, mientras que los precios subían. Así, en un año, lograron reducir a casi la mitad el salario de los trabajadores.
También decidían qué libros se podían leer, qué canciones se podían escuchar, a qué hora se podía estar en la calle y qué se debía estudiar en las escuelas. La gente no podía hacer manifestaciones ni decir que estaba en contra del gobierno. Todo esto generó mucho miedo y terror. La gente trataba de no opinar, simplemente se callaba la boca.
Durante esta época que llamamos “dictadura militar”, los militares secuestraron y asesinaron a muchas personas. La mayoría permanecen hasta hoy en día desaparecidas, es decir, no se sabe qué pasó con ellas.
En la dictadura muchos escritores fueron censurados. Algunos cuentos prohibidos fueron: La planta de Bartolo, de Laura Devetach, El caso Gaspar, de Elsa Bornemann, El país que no quería ser gris, de Beatriz Doumenec, La caída del porquesi, el malvado emperador, de Silvia Schujer, y Prohibido el elefante, de Gustavo Roldán. Quizá esto pasó porque el gobierno militar conocía el poder de las palabras. Las palabras van creando realidades y tienen el poder de ayudar a transformar el mundo.
Ese día pasó eso, los militares entraron con tanques y armas, echaron a todos y dijeron: “a partir de ahora se hace lo que nosotros digamos y el que no esta de acuerdo se calla”. Ellos decían que hacían el golpe porque “había que poner orden” en un país que estaba muy “desordenado”. Hasta entonces había muchos grupos que protestaban porque no estaban contentos con el país y el gobierno, y proponían una organización diferente.
Los militares que realizaron el golpe no pensaban que democracia sirva para poner orden, sino que la solución era a través del uso de la fuerza. Entonces obligaron a todos a pensar y actuar como ellos querían, y los que no opinaban igual los castigaban. Por medio de la fuerza congelaron los sueldos de las personas, mientras que los precios subían. Así, en un año, lograron reducir a casi la mitad el salario de los trabajadores.
También decidían qué libros se podían leer, qué canciones se podían escuchar, a qué hora se podía estar en la calle y qué se debía estudiar en las escuelas. La gente no podía hacer manifestaciones ni decir que estaba en contra del gobierno. Todo esto generó mucho miedo y terror. La gente trataba de no opinar, simplemente se callaba la boca.
Durante esta época que llamamos “dictadura militar”, los militares secuestraron y asesinaron a muchas personas. La mayoría permanecen hasta hoy en día desaparecidas, es decir, no se sabe qué pasó con ellas.
En la dictadura muchos escritores fueron censurados. Algunos cuentos prohibidos fueron: La planta de Bartolo, de Laura Devetach, El caso Gaspar, de Elsa Bornemann, El país que no quería ser gris, de Beatriz Doumenec, La caída del porquesi, el malvado emperador, de Silvia Schujer, y Prohibido el elefante, de Gustavo Roldán. Quizá esto pasó porque el gobierno militar conocía el poder de las palabras. Las palabras van creando realidades y tienen el poder de ayudar a transformar el mundo.
ACTIVIDADES:
En familia, expresen y escriban en sus carpetas qué
saben o a “qué les suenan” estas ideas:
Censura autocensura amenazas
Exilio autoritarismo resistencia
terrorismo de Estado
prohibición desaparición física «exceso de pensamiento»
Triple A Lista de canciones prohibidas tragedia cultural