Compartimos las actividades realizadas en el encuentro de E.S.I. del mes de agosto.
Compartimos la lectura del cuento "Plumas al viento" (Anónimo) y luego compartimos opiniones sobre el tema.
«Cuenta una vieja
historia que había cierto maestro que tenía mucha sed por el conocimiento y un
día se enteró que no muy lejos del pueblo vivía un hombre sabio y entonces
decidió ir en su busca para saber si era verdad lo que decían de él. Al llegar
al lugar donde moraba el sabio se dio con la sorpresa de que era un lugar muy
humilde y se dijo así mismo: «No es lugar para un sabio».
Luego de meditar algún tiempo decidió tocar la puerta y una voz desde dentro
dijo: «Adelante».
El maestro fue invitado por el sabio a sentarse y tomar con él una taza de té,
pero sucedió que mientras el sabio iba echando el té lentamente, el maestro
notó que se iba a derramar y cuando esto sucedió el maestro le gritó al sabio:
«Es imposible que un sabio se equivoque de tal manera» a lo que el sabio le
contestó: «No puedo enseñarte nada porque al igual que esta taza de té tú has
venido lleno de conocimiento y cualquier cosa que yo quiera enseñarte será
derramada».
Entonces, el maestro que no entendió en ese momento el significado de lo que
había intentado transmitirle el sabio decidió irse a su casa y no contento con
eso, empezó a hablar mal del sabio por todo el pueblo contando mentiras acerca
de él. Con el tiempo, aquel chismoso se dio cuenta de que había actuado mal.
Fue a pedirle perdón al sabio y le preguntó cómo podía corregir el error.
El sabio le pidió una sola cosa: agarrar una almohada, abrirla con un cuchillo
y esparcir al viento las plumas que estaban dentro. El chismoso se quedó
extrañado, pero decidió complacerlo. Luego volvió a ver al sabio y le preguntó:
— ¿Ya estoy perdonado?
—Primero tienes que ir a recoger todas las plumas —respondió el sabio.
— ¡Pero eso es imposible! El viento ya las ha dispersado —protestó el chismoso.
—Pues igual de imposible es deshacer el daño que has causado con tus
palabras—concluyó el sabio."
La lección trata de que una vez que
dejamos salir las palabras, no podemos recuperarlas,y a menudo nos resulta imposible arreglar el daño que causan. Por eso, antes de
contar algo sobre alguien, recordemos que estamos a punto de soltar plumas al viento.
Luego invitamos a los chicos a reflexionar sobre nuestros derechos, la privacidad y a redactar mensajes sobre este tema.